Mi primera experiencia en el parking del aeropuerto de Santiago de Compostela

Recuerdo perfectamente la primera vez que dejé mi coche en el parking aeropuerto Santiago Compostela. Era la primera vez que viajaba en avión desde Lavacolla, y aunque el destino era emocionante, lo que más me preocupaba era dónde y cómo dejar el coche durante varios días. Nunca lo había hecho antes, y reconozco que iba con una mezcla de nerviosismo y curiosidad.

Salí con tiempo de casa, calculando bien las horas para evitar cualquier imprevisto. Al llegar al aeropuerto, las señales hacia el aparcamiento estaban claramente indicadas, algo que me dio bastante tranquilidad. Opté por el parking general P1, que está justo enfrente de la terminal. No tuve que caminar más de dos minutos desde que aparqué hasta que entré al edificio.

La entrada al parking fue automática, sin necesidad de contacto humano: cogí el ticket, la barrera se levantó y encontré plaza sin ningún problema. Lo que más me sorprendió fue lo bien organizado que estaba todo. Las zonas estaban señalizadas por colores y letras, y había paneles que indicaban las plazas disponibles en cada fila. Aun así, por si acaso, hice una foto a la columna más cercana para recordar dónde había dejado el coche. Una pequeña precaución que más tarde agradecí.

El trayecto desde el parking hasta la terminal fue tan breve que apenas tuve tiempo de revisar mentalmente si había cerrado bien el coche. La terminal era moderna y funcional, y en pocos minutos ya estaba haciendo el check-in.

Durante el viaje, reconozco que en algún momento pensé en el coche: ¿estaría bien?, ¿habría algún daño?, ¿funcionaría sin problema al volver? Pero todos esos temores desaparecieron al regresar. Al llegar a Santiago, fui directo al parking, y el coche estaba tal y como lo dejé. Ningún daño, todo en orden. Al salir, escaneé el ticket, pagué en la máquina automática, y la barrera se abrió sin complicaciones.

Esa primera vez me quitó muchos miedos. Desde entonces, cada vez que viajo desde Santiago, dejo el coche en el mismo lugar. Cómodo, seguro y eficiente. Una experiencia que pensé que sería estresante, y que acabó siendo sorprendentemente sencilla.


Categories:

Tags: