Hay personas que, para viajar, solo quieren su moto. La sensación de libertad y de pasear por las carreteras sintiendo el aire fresco en el rostro; el poder moverse por la ciudad con una agilidad diferente; el placer de sentir como la moto se desliza sobre el asfalto…

Otros, no pueden entender otra forma de viajar que no sea en su coche, con la comodidad que conlleva contar con un amplio maletero en el que meter media vida, aunque solo se vayan un fin de semana. La comodidad de poder ir escuchando su emisora favorita, consultando el navegador o disfrutando de la compañía de la familia.

Pero todos, unos y otros, tendrán que reservar parking Granada para sus vehículos al llegar a su destino en esta bonita ciudad de España. Y no es precisamente una tarea fácil. Primero, porque muchas calles son peatonales y cuando el acceso al parking requiere atravesar una de esas calles, puede ser una absoluta pesadilla en coche. Tampoco fácil en moto. Segundo, porque hay zonas por las que el tráfico podría estar restringido por cualquier actividad que no conozcamos. Por eso, lo más inteligente es llevar mirado de antemano un parking para el tiempo en el que se va a estar en Granada.

Se debe de tener en cuenta la localización del parking, que cuente con plazas adecuadas para nuestro vehículo y que nos permita hacer una reserva para llegar y no encontrarnos con que no hay plaza y toca buscar otro lugar para dejar nuestro vehículo. Una vez que lo hemos aparcado y ya está a buen recaudo, lo más sensato es dejarlo allí y disfrutar de Granada moviéndonos en el transporte público, ya sea el metro, el autobús o los transportes turísticos que nos permiten recorrer cualquier lugar de interés de una manera muy cómoda y sin tener que subirnos a nuestro coche o moto para absolutamente nada.

Porque, aunque para viajar adoremos nuestro medio de locomoción, ya en destino no somos pilotos, somos peatones o pasajeros y de esta forma es de la que vamos a disfrutar mucho mejor de la experiencia de la ciudad y de todo lo que esta tiene para ofrecernos. Una oportunidad de relajarnos y de poder observar tranquilamente todo lo que tenemos alrededor sin preocuparnos del tráfico ni de la dirección que debemos de tomar.