Tarta de queso, ese sabroso pecado

Las tartas de queso, o cheesecakes, son un placer irresistible para todo el mundo. Pero también un pecado ya que los quesos son muy calóricos. Pero ¿sabías que puedes hacer una tarta de queso genial con muy pocas calorías? Se trata de la sabrosa tarta estilo Philadelphia, pero usando un queso 0% en grasa y sustituyendo el azúcar por un edulcorante cuyo sabor te guste. Con estos cambios su sabor prácticamente no se altera, pero podrás comer toda la que quieras sin preocuparte de que te engorde.

Por cierto, la masa que usas para esta tarta puedes usarla también para hacer helados. Solo necesitas un molde y los palos para colocar. Cuando estén congelados, dales un baño de chocolate negro para cobertura y de vuelta al congelador. Tendrás un delicioso helado natural y con pocas calorías ya que no tendrá azúcar ni grasa, más allá de la del chocolate negro, que es muy saludable.

Para mucha gente, la tarta estilo La Viña ha sido todo un descubrimiento en los últimos meses. Internet se ha llenado de recetas que imitan la que se hace en ese restaurante, algunas que prácticamente la clavan y otras que no se parecen en nada porque se ha innovado mucho. Pero todas son deliciosas y, a estas alturas, pocos deben de ser los que no han caído y han hecho al menos una vez este postre. 

Están también las tartas de queso al horno, las más clásicas y para muchos las más auténticas. Esas que tienen un tono dorado que anticipa su sabor, que puede ser muy suave y dulce si se utiliza un queso fresco o puede tener más intensidad si se mezcla con quesos curados con un sabor más fuerte. Una de las ventajas de esta tarta es que, aunque tiene muchas calorías, es muy saciante y un trozo pequeño suele ser suficiente, excepto para los más golosos.

Las tartas de queso pueden comerse tal cual, pero la mayoría prefieren ponerle alguna cobertura. Lo cierto es que combinan prácticamente con cualquier cosa: chocolate de cobertura; mermelada de frutas, cuanto más natural mejor; incluso yogur de sabores o gelatina. La mayoría prefiere que sean frutos rojos o fresa, pero lo cierto es que esta tarta también sabe muy bien con otras variedades, como la mermelada de higos. Solo es cuestión de ir probando y ver cuál nos gusta más.


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